martes, 29 de noviembre de 2011

¿Otra vez hay huelga esta semana?


Carmen Carrón
La crisis es un hecho y como toda realidad que se mira con lealtad se convierte en una ocasión para desenmascarar toda la parte ideológica que vivimos y que se nos adhiere como la ganga a la mena de lo que vale en la vida. Ahora vemos con más claridad las cosas que son un bien para nosotros por el simple hecho de que existen. Como frente a una situación personal crítica queda en evidencia quienes son amigos de verdad, frente a esta situación de crisis estamos impelidos a ver lo que responde en la experiencia y lo que no.

Esto tiene una validez igual o mayor en la escuela, donde la crisis que está sufriendo la enseñanza estatal está haciendo emerger que lo que verdaderamente está en juego es la educación, es decir, la relación profesor-alumno y no los medios.

"Los profesores por vocación son unos supervivientes"

ENTREVISTA: LOS QUE NO SE RINDEN... MANUEL DE LA FUENTE Docente (entrevista en El País)

El año pasado, en un pequeño instituto de una pequeña localidad cántabra, había un chaval repetidor al que siempre estaban echando de clase por incordiar. En una de esas, un profesor le vio por el pasillo y le invitó a entrar en su aula, donde estaba enseñando investigación en ciencias sociales. Esto ocurrió más veces y, poco a poco, el chaval se fue animando; cada vez que le echaban de cualquier clase, se metía en la de investigación. Al final de curso, su trabajo sobre embriología (replicó, paso a paso, un estudio de Aristóteles sobre el desarrollo de los polluelos) acabó ganando el tercer premio en un certamen nacional. Medio centenar de alumnos han ganado con él premios de investigación "Si encuentras algo que realmente le interese al alumno, ya te lo has ganado, ya no le importa las horas que tenga que echar, el trabajo que tenga que hacer", cuenta Manuel de la Fuente Merás, profesor del instituto público Estelas de Cantabria, en Los Corrales de Buelna, una ciudad de 10.000 habitantes muy cercana a Torrelavega. Un entorno "más obrero que agrícola" de clases medias y medias bajas donde muchos chavales han estado durante años saltando del instituto a la obra apenas cumplían los 16. "Hay profesores que no entienden que un alumno puede ser intelectualmente muy bueno, pero académicamente muy malo, y no pasa nada", dice este docente de Filosofía desde hace 14 años y que hace seis bajó el ritmo porque le dio un ictus en mitad de una clase.

Su nueva novela, la escuela, la literatura y el cine


ENTREVISTA A ALESSANDRO D’AVENIA
www.wuz.it / Sandra Bardotti, 8 de noviembre de 2011

Cosas que nadie sabe es la segunda novela de Alessandro D’Avenia, quinta de 1977, “escritor y profesor perdidamente enamorado de la realidad”, como él mismo ama definirse. Con esta nueva historia D’Avenia profundiza en un diálogo, empezado ya con Blanca como la leche, roja como la sangre, sobre la adolescencia, la escuela, la literatura, el amor, el sentido de la vida. Le hemos preguntado qué piensa del sistema educativo actual [italiano, ndt], qué aprende de los jóvenes con los cuales está en contacto cotidianamente, qué representa la literatura en la vida de un hombre.

Cosas que nadie sabe pone la adolescencia en primer plano como en tu primera novela. Se trata de un período de la vida muy complejo, durante el cual se entra poco a poco en la vida adulta. Se habla mucho de adolescencia pero, con frecuencia, se hace superficialmente, garantizando lugares comunes que solo en pequeña medida se corresponden con la realidad. El éxito de tus dos novelas demuestra que la vía que has elegido para describir esta fase de la vida y la seriedad con la que la estás recorriendo es la justa: contar la experiencia de los jóvenes penetrando en su universo. ¿Por qué has elegido hablar de la adolescencia? ¿Qué das y qué recibes de ellos diariamente a través de tu trabajo? ¿Qué funciona y qué no en la escuela de hoy?