jueves, 11 de julio de 2013

No es fácil corregir la LOGSE, por Mari Carmen Carrón

El contexto cultural en que aparece la LOMCE no es independiente de la propia ley. Si queremos entender esta debemos asomarnos a aquel. ¿A qué mentalidad está intentando responder? ¿Consigue responder exhaustivamente a ella? Partamos de que la confusión de nuestro sistema educativo, de nuestra enseñanza tiene mucho que ver, aunque no sólo, con la LOGSE. Esta ley socialista modificó dos aspectos fundamentales respecto a la ley precedente que tenían un rasgo en común, la obligatoriedad escolar: por un lado, es obligatorio asistir a la escuela hasta los 16 años y, por otro, hasta esa edad, es obligatorio realizar el mismo recorrido con el objetivo de obtener el mismo título (principio de comprensibilidad). 

Pero si el Estado obliga a estas dos cosas, debe poder garantizar que son posibles. Si en un aspecto esencial como la educación, todos están obligados a permanecer el mismo tiempo para alcanzar un mismo resultado y con un sólo camino, habremos de concluir que lo que tenemos es un derecho garantizado por la ley: esta es la LOGSE. Y dado que un derecho hace referencia a algo que es debido de forma automática y obligatoria, es aquí donde se produce el equívoco que llevamos arrastrando 23 años en nuestra educación: confundiendo la igualdad de oportunidades con la igualdad de resultados y recorrido. Estando garantizado el puesto escolar para todos, lo estaría de la misma manera –automática y obligatoria–, cada uno de los pasos del recorrido: el derecho a aprobar cada examen, a pasar de curso, al título, etc.